San Pablo-Zoquiapan, corazón del Centro Histórico: De eje de poder indígena y español a enclave de comercio y resistencia.
San Pablo-Zoquiapan, corazón del Centro Histórico: De eje de poder indígena y español a enclave de comercio y resistencia.
Adentrarse en el barrio de Zoquiapan, al sureste de lo que fue la gran Tenochtitlán, es convivir con la historia y la cultura popular del Centro Histórico de la Ciudad de México. Sus calles y edificios están impregnados de un pasado ligado al poder político y religioso, así como al comercio a través del lago de Texcoco y las acequias que definieron el auge, decadencia y resiliencia de esta antigua y densamente poblada zona.
Zoquiapan, que significa lugar de agua pantanosa y abarca buena parte del antiguo barrio de La Merced, no es sólo un espacio urbano y geográfico único, con imponentes edificios y sitios protegidos, patrimonio de la ciudad. También es un testimonio vivo de la dinámica de una comunidad que se ha adaptado al abandono a lo largo de los siglos.
Desde la época del dominio mexica de la Cuenca del México, pasando por la conquista, la era virreinal, el turbulento siglo XIX y hasta la actualidad, el barrio de Zoquiapan ha sido centro neurálgico del primer cuadro de la ciudad. Cada piedra y cada edificio cuentan una historia de continuidad y transformación, con episodios que nos sorprenden a cada paso.
Ahora, en el siglo XXI, Zoquiapan enfrenta un comercio desbordado y una transformación urbana y social. La revitalización del Centro Histórico conlleva un cambio demográfico y cultural que ha cambiado sus costumbres y fisonomía. Sin embargo, en este crisol, el barrio sigue buscando su identidad. Reconocer la riqueza de su legado y el mosaico de anécdotas nos invita a descubrir más de los secretos de una de las zonas menos conocidas por los visitantes: historias de poder, devoción, abandono y renacimiento.